Alternativa por Alemania (AfD) tuvo una buena perfomance en los comicios regionales, aunque sin lograr la mayoría. Pierde fuerza la coalición de Merkel.
BERLIN, Alemania.- La coalición de gobierno de Angela Merkel perdió terreno hoy a manos de la ultraderecha en las elecciones regionales alemanas en los estados federados de Baden-Württemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt, según un boca de urna difundido por la televisión pública.
Los comicios son cruciales para la política alemana ya que son vistos como una prueba para la gran coalición federal de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) vigente en Alemania desde finales de 2013 y, principalmente, para la gestión de la crisis de los refugiados que ha mantenido Merkel.
El principal temor de la campaña, el crecimiento del emergente populismo de derecha de Alternativa por Alemania (AfD), se confirmó finalmente en las urnas.
Según la boca de urna, AfD logró su mejor resultado, con entre el 23 y el 21% de los votos, en el estado de Sajonia-Anhalt, en el este del país, y se convirtió allí en la segunda fuerza política después de la CDU de Merkel, que habría ganado con un apoyo de entre el 30,5 y el 29%, según reprodujo la agencia de noticias EFE.
En Baden Württemberg, en el sur de Alemania, en tanto, Los Verdes mantendrían su liderazgo con el 32% de los votos, mientras que su socio de coalición, los socialdemócratas del SPD, obtendría un 13% y la CDU pierde hasta trece puntos respecto a los pasados comicios y se queda con un apoyo aproximado del 27%.
En este distrito, AfD se posicionaría cuarto con un 12,5% de los votos, casi pisándole los talones a los socialdemócratas, quienes a nivel nacional comparten el gobierno con Merkel.
Finalmente, en Renania-Palatinado, en el oeste del país, los socialdemócratas conseguirían mantener su liderazgo con el 37,5% de los votos, dejando segundos a los conservadores de la CDU con un 33% y, más lejos, a la AfD con un 11%.
AfD, nacida en 2013 como partido euroescéptico contrario a los rescates griegos y que en las elecciones generales de ese año quedó fuera del Bundestag con el 4,7% de los votos, esperaba hoy duplicar ese porcentaje y, apoyada en un discurso xenofóbico, posicionarse como la tercera fuerza política alemana.
Tras la llegada el año pasado a Alemania de cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo, la crisis de los refugiados y las iniciativas para frenar los flujos centraron el interés de las campañas, al mismo tiempo que los ataques contra símbolos vinculados a los refugiados y los inmigrantes se multiplicaron en todo el país.
Atentos a la posibilidad de que AfD gane espacios políticos, tanto los principales partidos como la la cúpula del clero lanzaron hoy una advertencia de último momento a los casi 13 millones de votantes habilitados.
“Un cristiano no puede dar su voto a nadie que propaga el odio o predica el racismo”, aseguró el presidente de la Conferencia de Obispos Alemanes, el cardenal Reinhard Marx en una entrevista con el diario dominical Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.
Por su parte, los socialdemócratas hicieron lo mismo.
“Los populistas de derechas sólo serán fuertes si votan pocas personas. Por eso lucha el SPD por una alta participación electoral. La democracia no tiene alternativa”, destacó en un comunicado Katrin Budde, cabeza de lista socialdemócrata en Sajonia-Anhalt.
Al mismo tiempo, la Juventud del CDU, la fuerza de Merkel, publicó un video en internet, en el que pidieron el voto de la gente para un “partido popular que está alejado de los populista de la derecha, que azuzan los miedos y las preocupaciones de la sociedad sin ofrecer soluciones”.